Igual que en Buenos Aires pero a caballo.
Despues me fui a merodear por ahi y cai en una libreria (que raro, yo!) que se llama Queselea donde me atendieron muy bien (si van a uruguay pasen por Queselea a ver el vitral y tomar un cafecito) . Ahi me compre un librito de Oe y otro de Milan Kundera (La insoportable levedad del ser) que ya reseñare.
Despues me fui a merodear por ahi y cai en una libreria (que raro, yo!) que se llama Queselea donde me atendieron muy bien (si van a uruguay pasen por Queselea a ver el vitral y tomar un cafecito) . Ahi me compre un librito de Oe y otro de Milan Kundera (La insoportable levedad del ser) que ya reseñare.
Otra plaza de la que no me acuerdo. Todo muy bien cuidado y repleto de flores.
Despues volvi al hostel donde segui charlando con las chicas brasileras y el italiano. Descubrimos que en Napoles no hay milanesas a la Napolitana ni helado sabor Napolitano. Toda una desilusion.
Vitral de la libreria-cafe Queselea
Entre tanta charla arregle con otros brasileros para ir a ver una banda de heavy metal de chicas en un local de un amigo. Asi que salimos a la noche con unos cuantos vinos encima a ver rock. Despues de 140000 litros de vino, dos hamburguesas y otros 14000 litros de cerveza volvi al hostel, a los tumbos, a las 4 de la madrugada.
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